Duerme en paz

Que la vida te olvidó... Duerme en paz, dulce amor..., seguramente algo así te habrá dicho esta mañana, en el cementerio, cuando ha ido a visitarte. Ya no hay nadie junto a mi, sólo flores en la cruz. Buenas noches, amor..., sí seguramente algo así te dirá, pero está equivocado.



Tu y yo sabemos que está equivocado, porque no está solo. En dónde estés, sigues con él, y en la distancia, estoy yo también. Le llamaré y hablaré con él para que lo recuerde, que no está solo, que no es la única persona que no puede contener las lágrimas, que yo también lloro por tí.

Y tú llorabas. Yo te escuché. Gritabas y llorabas de dolor. Sí, es cierto, yo no podía estar allí. Es muy lejos São Paulo y también lo era entonces. Pero podía oírte a través del teléfono. Él no quería decirme lo que pasaba, pero no hacía falta: yo te estaba oyendo, a lo lejos, oía tus lamentos y súplicas, porque el dolor era inmenso, porque no podías tener lo esencial para calmarlo, porque quienes podían ayudarte no quisieron, y quienes no podíamos hicimos todo lo que estaba en nuestras manos. Y sí, te oí gritar, llorar, te sentí sufrir, y sufría contigo, y con él. Él a tu lado, yo... del otro lado del océano, pero ahí, contigo...

Yo te llamaba, quería intentar hacerte sonreir, y lo lograba. A veces lo lograba, a pesar del dolor, de la distancia, a pesar de todo... Y cuando las dos sabíamos que llegaba el triste final, nos despedimos, así, como quien no quiere la cosa...; pero ambas sabíamos que te ibas para siempre.
Y me volviste a decir : Um beijo no seu coração. 
Te quiero, madrina, yo te dije.

Y el día de los inocentes, te fuiste.

Así dijo mi padre: Como tenía que ser, el día de los inocentes; nadie era más inocente en esta historia que ella...

Quizá sea cierto, que la vida te olvidó. Pero los que estamos vivos, los que te quisimos, no te olvidamos. No puedo olvidarte, no quiero olvidarte; no podría olvidarte, aunque quisiera.

¡Quero morrer!, gritaste cuando ya no podías más. Y la palabra se hizo en tí.

Buenas noches, madrina. Duerme en paz. Descansa, por fin.