Imposible razonar con un adolescente, y menos aún si esa etapa ha nacido desde el momento en que comenzó a caminar y el chico está llegando (cuestión de meses) a su mayoría de edad. Ya me había hartado de todo, pero lo último era verle cada día con una prenda de ropa diferente y que bien sabía que no le pertenecía.
“Van por épocas: la época de jugar a las canicas, la época de hacer cabañas, la época de esconderse a fumar pitillos...”, no quise escuchar más épocas de las experiencias de mi tío con sus hijos. Estaba claro que había llegado una nueva época: la de cambiarse los jerseys y utilizar cada día el de otro chico de la pandilla. Parecen clones unos de los otros y difícilmente se les puede distinguir de lejos: sólo si llevan algo diferente a lo habitual puedes saber cuál es tu hijo en el medio de los demás.
Anoche no daba llegado. Yo sentía que mi paciencia se estiraba como una goma elástica, y estaba ya a punto de romperse en el momento en que sonó (ya de mañana bien entrada) el timbre de la puerta. Llegó con toda la ropa ensangrentada y la cara completamente deformada. Le habían pillado solo, en un lugar sin apenas luz. El jersey amarillo de su “amigo” era la prenda que los otros reconocieron. Dos de ellos le sujetaban mientras el tercero le desfiguraba la nariz y la madíbula a puñetazos. Lo dejaron tirado en el suelo, inconsciente, durante horas, hasta que otros “amigos” lo encontraron y lo ayudaron a llegar a casa.
“Van por épocas: la época de jugar a las canicas, la época de hacer cabañas, la época de esconderse a fumar pitillos...”, no quise escuchar más épocas de las experiencias de mi tío con sus hijos. Estaba claro que había llegado una nueva época: la de cambiarse los jerseys y utilizar cada día el de otro chico de la pandilla. Parecen clones unos de los otros y difícilmente se les puede distinguir de lejos: sólo si llevan algo diferente a lo habitual puedes saber cuál es tu hijo en el medio de los demás.
Anoche no daba llegado. Yo sentía que mi paciencia se estiraba como una goma elástica, y estaba ya a punto de romperse en el momento en que sonó (ya de mañana bien entrada) el timbre de la puerta. Llegó con toda la ropa ensangrentada y la cara completamente deformada. Le habían pillado solo, en un lugar sin apenas luz. El jersey amarillo de su “amigo” era la prenda que los otros reconocieron. Dos de ellos le sujetaban mientras el tercero le desfiguraba la nariz y la madíbula a puñetazos. Lo dejaron tirado en el suelo, inconsciente, durante horas, hasta que otros “amigos” lo encontraron y lo ayudaron a llegar a casa.
Hola amigos, estimados lectores:
ResponderEliminar¡Qué rápido pasa el tiempo algunas veces y cuánto tarda en pasar otras! Alba, "Manos que tejen futuro", está en una época dulce y que se va volando... Gracias a todos por las visitas, las lecturas y, sobre todo, los comentarios en el post. Hoy os invito a leer "Épocas y clones (parte I)": ¿agridulce?
No he podido pasar por la mayoría de vuestros blogs estos días: un proyecto relacionado con el blog me tiene atrapada... Ya os contaré en cuanto pase de proyecto a realidad...
¡Biquiños!
Carmen.
Una edad harto difícil, a partir de los 12 toda época no pasa , "se desliza",
ResponderEliminarTú atiende a esas cosas que que te tienen atrapada que nosotros no nos vamos.
Un beso
Gracias André. Ya falta menos..., pero me absorbe demasiado tiempo. Y no me importa que sea así porque me ha ilusionado mucho y siento que esa ilusión me está cambiando por dentro.
ResponderEliminar¡Biquiños!
Carmen
Carmen, que duro relato.
ResponderEliminarYo soy pàdre de tres varones y siempre que salían era un sin vivir si se tardaban.
Has conseguido intrigarme, que no pararé de mirar si has cambiado de spot.
para enterarme que es lo que ha hecho tan feliz, con ese trabajo que estás haciendo.
Saludos, manolo
Hola Manolo.
ResponderEliminarYo tengo dos varones. El mayor empieza a calmarse y me ayuda con el pequeño; pero éste me lleva por la calle de la amargura. Intento no hacerle caso, mi salud es lo primero; sin embargo, a veces hay cosas que no pueden dejar a una indiferente.
En cuanto a lo otro,¡deséame suerte!, que quisiera que todo saliera bien ya que me he puesto en ello...
¡Biquiños!
Carmen.
No tengo hijos...por lo tanto es algo que desconozco en como experimentas sus cambios y como los ves crecer con y sin problemas de amistades o de personalidades aun por definir por una cuestion de edad.....cuidalos..eres una buena madre....un besote y buen finde.
ResponderEliminarLa adolescencia es una etapa por la que hay que pasar nos guste o no. Todos hemos pasado por ella.
ResponderEliminarPor eso yo no uso ropa de otro, ¡a ver si ligo una paliza también!
ResponderEliminarLo cierto es que nunca te confundirían con el ganador de la lotería, por ejemplo.
Me gustó la idea de este escrito, y está bien desarrollada. Tal vez le quitaría las comillas a "amigo", pues el concepto se entiende perfectamente sin ellas.
Un beso enorme.
HD
y no todos están al tanto de las "épocas" que pasa un adolescente, porque inclusive los mismos adolescentes lo olvidan cuando tienen que hacer un ajuste de cuentas. un beso.
ResponderEliminarCarmen, cada época de nuestra vida tiene su dificultad, pero la más peligrosa, sin duda, es la de la adolescencia, donde todo nos parece bien y no tememos nada. Ahí es cuando nos convertimos en osados y se puede pagar toda la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy duro el relato pero cierto!! la juventud no tiene en cuenta que todos somos diferentes y no precisamente por la apariencia... y se recibe las cuentas que a otros le pertenecen.. si en este caso se cambian la ropa, ser adulto se es cuando la madurez te atrapa si quieres, y no importa la edad..hay niños de 40 años y maduros de 20.
ResponderEliminarUn beso mi querida Carmen y feliz domingo
Se lo que es esto y todavía paso por ello, al haberse convertido en un Ni-ni la adolescencia parece no terminar n un mundo sin realidades doonde no pueden existir ambiciones pues son imposibles de cumplir, me queda mucho aún.
ResponderEliminarUn beso
Buenas...iba a empezar por el dibu pero me dejan preocupados algunos comentarios, espero que tu lucha personal vaya ganando de goleada.
ResponderEliminarSobre el dibu decirte que es genial que seas capaz de dibujar y ponerlo, mucha de la gente deja de dibujar por vergüenza y es un error.
Sobre el micro, pues ya sabes, yo trabajo con esa edad, complicados, imprevisibles, pero en muchas ocasiones sorprendentes (para bueno), en fin, mi niña cumplirá 5 añitos en enero, iremos paso por paso.
Cuidate!!!
Un besazo!
Olvidé cambiar el email, ya sabes Josa es JUANLU, de dididibujos...esta cabeza mia...
ResponderEliminarYo tengo dos hijos y te comprendo Carmen
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Suena interesante este relato Carmen, espero no sea verdad.
ResponderEliminarTambién ando atrasada en contestar comments pero de a poquito lo hago.
Un abrazo
Ami tambiien me gusta dibujar =) nunca hagas como el piloto del principito que dejo su vocación de pintor ^^
ResponderEliminarhttp://ilovemyworld-maca.blogspot.com/
Aaayyy!!! la adolescencia... uuufffff
ResponderEliminarBicosssss!!!
Le llamamos adolescentes porque adolecen de todo durante esta etapa que parece que no se acaba.
ResponderEliminarMe hizo sonreír la expresión "No daba llegado", traducción pura del galego.
Animo con el proyecto.
Un abrazo.
Estupendas las cosas que nos dejas, un placer haberme pasado de nuevo por tu casa.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Pedro: es lógico, todo el blog está impregnado de trazos argentinos, españoles y gallegos. Mi vida tiene esas tres vertientes y así he enfocado Meiga, como una parte de mi.
ResponderEliminarPondré ese apunte en algún rincón del blog...
Un guiño cómplice, ¡vecino..!