Creo que nunca se lo perdonaré, no, a mis primos. ¡Eso no se hace!
Y es que puedo recordar muchas cosas, más de las que recuerda mi hermana; no sé si tantas como recuerda mi prima, pero es que ella recuerda algunas que ocurrieron y muchas que se inventó, así que seguramente serán más de las que puedo recordar yo. Pero después de lo de aquella tarde...
Cuando estábamos en Buenos Aires siempre, por estas fechas, nos juntábamos toda la familia: mis padrinos y mis primos, mis tíos y mi prima, y nosotros. Normalmente, en nochebuena venían todos a nuestra casa porque se celebraba el cumpleaños de mi padre. Las otras fechas se repartían y siempre nos juntábamos, unas veces en casa de unos, otras en casa de otros. Pero la nochebuena era nuestra. Y como allá lo de los Reyes Magos no existía, pasábamos la tarde y la noche jugando todos los chicos, y esperando a que dieran las doce. Y no fallaba: por algún lugar se había aparecido Papá Noel y de repente mi madre venía con cajas y cajas de regalos para todos. Nosotros, ya medio dormidos, abríamos los ojos como platos y disfrutábamos de los últimos minutos antes de caernos rendidos por algún rincón del patio o de la casa. Entonces los mayores aprovechaban para recoger y, al despertar por la mañana, ya ni tíos ni primos estaban en casa, solamente nosotras y nuestros padres, preparando todo para ir a comer a casa de alguno de ellos.
Pero aquella tarde de nochebuena en Virreyes fue diferente a todas. Mi hermana y yo estábamos jugando en el salón. Cuando llegaron mis primos, ya desde lejos vi en sus caras algo extraño. Vinieron corriendo junto a nosotras. Aprovecharon para hablar cuando sus padres aún no habían llegado a la casa (mis padres los estaban recibiendo en el portón del jardín, y ayudando con unas bolsas que traían, como siempre)
“¡Papá Noel no existe, son los papás!” - dijeron ellos a coro.
Nosotras no nos lo queríamos creer, pero, al final, lo único que recuerdo de aquella navidad es lo que dijeron. Ni siquiera recuerdo qué juguetes había para mi. ¡Eso no se hace!
Y es que puedo recordar muchas cosas, más de las que recuerda mi hermana; no sé si tantas como recuerda mi prima, pero es que ella recuerda algunas que ocurrieron y muchas que se inventó, así que seguramente serán más de las que puedo recordar yo. Pero después de lo de aquella tarde...
Cuando estábamos en Buenos Aires siempre, por estas fechas, nos juntábamos toda la familia: mis padrinos y mis primos, mis tíos y mi prima, y nosotros. Normalmente, en nochebuena venían todos a nuestra casa porque se celebraba el cumpleaños de mi padre. Las otras fechas se repartían y siempre nos juntábamos, unas veces en casa de unos, otras en casa de otros. Pero la nochebuena era nuestra. Y como allá lo de los Reyes Magos no existía, pasábamos la tarde y la noche jugando todos los chicos, y esperando a que dieran las doce. Y no fallaba: por algún lugar se había aparecido Papá Noel y de repente mi madre venía con cajas y cajas de regalos para todos. Nosotros, ya medio dormidos, abríamos los ojos como platos y disfrutábamos de los últimos minutos antes de caernos rendidos por algún rincón del patio o de la casa. Entonces los mayores aprovechaban para recoger y, al despertar por la mañana, ya ni tíos ni primos estaban en casa, solamente nosotras y nuestros padres, preparando todo para ir a comer a casa de alguno de ellos.
Pero aquella tarde de nochebuena en Virreyes fue diferente a todas. Mi hermana y yo estábamos jugando en el salón. Cuando llegaron mis primos, ya desde lejos vi en sus caras algo extraño. Vinieron corriendo junto a nosotras. Aprovecharon para hablar cuando sus padres aún no habían llegado a la casa (mis padres los estaban recibiendo en el portón del jardín, y ayudando con unas bolsas que traían, como siempre)
“¡Papá Noel no existe, son los papás!” - dijeron ellos a coro.
Nosotras no nos lo queríamos creer, pero, al final, lo único que recuerdo de aquella navidad es lo que dijeron. Ni siquiera recuerdo qué juguetes había para mi. ¡Eso no se hace!
Hola amigos:
ResponderEliminarEn primer lugar, quiero agradecer vuestras visitas y comentarios en "Recién nacida" y, en este día en que la noche es tan especial, invitaros a leer el nuevo post "Nochebuena en Virreyes".
Felices fiestas de Nochebuena y Navidad para todos; un fuerte abrazo con todo mi cariño, y que la felicidad no se centre en unos pocos días, sino para siempre.
Biquiños.
Carmen.
aquello de la no existencia de papá noel es una de las noticias que ningún niño quiere escuchar. que tengas una muy feliz navidad al lado de tus familiares. besos.
ResponderEliminarFeliz 2012
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Have a Wonderful Holiday Season, Carmen !
ResponderEliminarNo podía ser que yo no recordara cuándo descubrí que Papá Noel 'eran' los padres, hasta que un día me dije, pero si mis viejos son musulmanes. ¿Puedes creer que fui tan tonto? En definitiva, fue como perder una ilusión también: la de pertenecer (por tradición nada más) a una religión no oficial.
ResponderEliminarAprovecho para desearte una Feliz Navidad, una parte tuya estará en Virreyes y otra ahí donde estás... o tal vez por Plaza Irlanda, ¿quién sabe?
Un beso enorme.
HD
Ojalá conservemos siempre algo de aquella inocencia.
ResponderEliminarFeliz Nochebuena, Carmen.
Siempre es triste cuando muere una ilusión.
ResponderEliminarUn beso.
Ay! Si, nos terminamos enterando de la manera mas inesperada, y lo que duele es de ese momento es la magia que se evapora.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Felices Fiestas!
Aun ahora, a mi manera, creo en Papa Noel. Feliz Noche Buena y que tus ilusiones se vuelvan realidad. Un fuerte y navideño abrazo.
ResponderEliminarPara mi fuè la caida de tres ideales, los Reyes Magos. Pero los niños son crueles con esos conceptos, recuerdo que me pasò con un amigo vecino que me puso en evidencia delante de otros amigos cuando dijo a voz gritona.....cree en los Reyes Magos...y todos empezaron a reirse de mi..fuè cruel. A mis hijos que celebraron Papa Noe cuando nos dimos cuenta que sus amigos lo sabian se lo digimos nosotros para que no lo pasaran tan mal.
ResponderEliminarFeliz Nochebuena
fus
Que pena cuando se pierde la inocencia. Feliz Navidad cerca de los tuyos. Besos.
ResponderEliminarLa pérdida de la ilusión tiene que llegar en algún momento. El ideal es que sea lo más tarde posible.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen. Feliz Navidad.
Y ese día uno deja de ser niño.
ResponderEliminarQue pases unas felices fiestas.
Besos.
¡Feliz Navidad!!!
ResponderEliminarTudo de bom! Seja feliz!
ResponderEliminarFelicidades por la publicación de tu libro, mi querida Carmen.
ResponderEliminarDa gusto saber que hay autoras de tu naturaleza.
Mil biquiños.
Así ocurre. El día que nos dicen que nada cae del cielo, que alguien tiene que sudarlo, ese día miramos a la vida de otro modo, con otras intenciones.
ResponderEliminarFeliz salida y entrada de año Carmen
Un abrazo
seguramente la perdida de Papà Noel es una herida que se queda en el subconciente mientras continuamos a crecer.
ResponderEliminares una de las muchas pruebas "de resistencia" a las que nos somete la vida.
un abrazo y gracias por tus valiosos comentarios y apoyo.
un abrazo y buen 2012
Blas
Hola
ResponderEliminarUna visita a su blog hoy es prácticamente la última visita del año 2011
En realidad completado un año, con sus buenas y malas noticias.
Espero que la fiesta de Navidad era agradable, y que Santa Claus ha sido generosa.
hasta pronto
amistoso
Chris
Un pequeño regalo
http://nsm05.casimages.com/img/2011/12/26/111226050113505749221324.jpg
QUE BELLOOOOOOOOOO!!!
ResponderEliminarTe sigo!!!
Me encanta tu blog!!!