“Hoy no sales de casa; lo mejor que puedes hacer es descansar”. Ponle tú el cascabel al gato, que al adolescente no lo convencerás ni por casualidad.
Sabía que de aquella manera lo que haría sería intentar buscar a los que le habían atacado y planear alguna venganza. Sólo quedan dos opciones: atarle con una cadena a algún elemento arquitectónico inamovible del edificio (y arriesgarse a una acusación de malos tratos...), o intentar alguna negociación antes de que en el primer descuido se escape de casa. Negocié y salió media hora a la fuente en la que los clones se suelen reunir; como está al lado de casa (aunque en una esquina que es imposible de ver por más que una se estire en cualquiera de las ventanas del piso), bajó con lo puesto. Diez minutos después la patrulla de la policía local se apareció en su ronda habitual por el lugar de reunión pidiendo a todos que se identificaran. Los menores suelen librar, pero el mío hace mucho tiempo que no aparenta ser tan niño, y si se le añade el mapa en que tenía convertida la cara, no había forma de que le creyesen. “Documentación...”, “que salí sólo un momento y no la llevo encima, pero vivo aquí al lado y si quiere voy ahora mismo a buscarla...”, “ sin documentos, te tienes que venir a la comisaría...”, “¡pero si vivo aquí al lado! ¡venga conmigo si no se lo cree!..”, “esta vez pasa, pero la próxima...”.
Es más cómodo dejarlos quedar, no mover un dedo en averiguar nada y mucho menos en cubrir informes y demás. “¿Qué te ha pasado en la cara?”, le preguntan. Responde... lo que se le ocurre (¿cómo saber si cuenta la verdad? o ¿acaso importa?) . “Para eso va bien tomarse un helado”, le dicen finalmente. Los policías dejan a la pandilla de clones y siguen como si nada hubiera ocurrido.
Sabía que de aquella manera lo que haría sería intentar buscar a los que le habían atacado y planear alguna venganza. Sólo quedan dos opciones: atarle con una cadena a algún elemento arquitectónico inamovible del edificio (y arriesgarse a una acusación de malos tratos...), o intentar alguna negociación antes de que en el primer descuido se escape de casa. Negocié y salió media hora a la fuente en la que los clones se suelen reunir; como está al lado de casa (aunque en una esquina que es imposible de ver por más que una se estire en cualquiera de las ventanas del piso), bajó con lo puesto. Diez minutos después la patrulla de la policía local se apareció en su ronda habitual por el lugar de reunión pidiendo a todos que se identificaran. Los menores suelen librar, pero el mío hace mucho tiempo que no aparenta ser tan niño, y si se le añade el mapa en que tenía convertida la cara, no había forma de que le creyesen. “Documentación...”, “que salí sólo un momento y no la llevo encima, pero vivo aquí al lado y si quiere voy ahora mismo a buscarla...”, “ sin documentos, te tienes que venir a la comisaría...”, “¡pero si vivo aquí al lado! ¡venga conmigo si no se lo cree!..”, “esta vez pasa, pero la próxima...”.
Es más cómodo dejarlos quedar, no mover un dedo en averiguar nada y mucho menos en cubrir informes y demás. “¿Qué te ha pasado en la cara?”, le preguntan. Responde... lo que se le ocurre (¿cómo saber si cuenta la verdad? o ¿acaso importa?) . “Para eso va bien tomarse un helado”, le dicen finalmente. Los policías dejan a la pandilla de clones y siguen como si nada hubiera ocurrido.
Hola amigos, estimados lectores:
ResponderEliminarAgradeciendo las lecturas, visitas y comentarios en "Épocas y clones (parte I)", subo al blog y os invito a leer la segunda parte del escrito ["Épocas y clones (parte II)"].
Poco a poco iré retomando las visitas a vuestros blogs, aunque todavía el proyecto está sin terminar y no puedo hablar de él...
Gracias, de nuevo, por todo y también por vuestra paciencia.
Biquiños.
Carmen.
al menos sólo fue un susto de una rutina de patrulla. cuando uno ya no aparenta la edad que cronológicamente se tiene, es mejor andar consigo con la documentación respectiva. besos.
ResponderEliminarQue dificil es ser padre, no viene en el manual de como ser padre y no morir en el intento, asì que vamos aprendiendo dia a dia y al final seguro que conseguimos hacer de ellos personas con dignidad y con tolerancia hacia la nueva sociedad que està surgiendo.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
fus
Fus, más difícil es hacer de padre y madre a la vez, cuando el padre pasa olímpicamente de sus hijos. Pero eso no me detendrá en intentar lograr lo mejor para ellos.
ResponderEliminarBiquiños
Aun cuando todos pasamos por esa etapa, el educar a un hijo de esa edad es algo que pone a prueba a muchos padres, sobre todo en los casos en que los angelitos se salen del guacal y se sienten suficientemente mayores para hacer esas cosillas ilícitas, pero cuando lloran como niños cuando reciben una real reprimenda.
ResponderEliminarNo hay recetas para educar, pero lo importante es se abiertos con los adolescentes y tratar de hacer lo que creemos que es mejor para ellos.
Saludos
Mi abuela solía decir "hijos pequeños, problemas pequeños; hijos criados, problemas doblados".
ResponderEliminar¡Qué cierto es lo que dices, Carmen!
Un abrazo.
Sigo leyéndote, pensando , conociéndote. Uno escribe siempre desde las emociones y los sentimientos que lleva dentro.
ResponderEliminar¡Me gusta tu estilo!.
Un beso
Fiuuu! Salvado por esta vez.
ResponderEliminarBesos
Es todo un trabajo, entre dejarlos y intentar que hagan lo correcto, arduo trabajo, pero que con empeño trae sus satisfacciones... Nunca dejarlos al azar...
ResponderEliminarBesos!
Interesante Carmen el tema de los clones sin duda y en tus últimos post..
ResponderEliminarMe gustan mucho los gatos aunque soy alergico a ellos y tengo ojos felinos.
La policía parece tener la misma (mala) formación en todos los lugares del planeta.
ResponderEliminarEso sí, por suerte yo ya atravesé la etapa de cuidar clones...
Un beso enorme.
HD
CArmen, lo primero decir que estoy encantada de conocerte. Acabo de leer algunas entradas del diario 8tu otro blog) y entiendo que eres fuerte y que te comerás el mundo. No es fácil tener buen ánimo cuando uno pasa temporadas en un hospital (algún día, te contaré que conozco a alguien muy cercano que desde bebé pasó por algo similar)...
ResponderEliminarUn abrazo enorme y me quedo aquí, por supuesto, con tu permiso.
Oye, gracias por venirte al fiestón de anoche. Yo tampoco bebo alcohol, así que ya somos dos.
Besazos.
ResponderEliminarA veces la vida nos sorprende con situaciones no esperadas y gracias al menos cuando se sale de ellas lo más airosamente posible.
Como estoy a medio gas como quien dice sólo publique en dos de los cinco blogs, porque son unos cuantos los regalos que sigo recibiendo y no quiero que se queden en el silencio del olvido puesto que les doy el toque que se merecen.
Pero cuento que para las fiestas reanude la marcha semanal como es muy construmbre y me tendras paseando por aquí más amenudo por supuesto.
Un beso y una rosa para ti que te envío desde las islas afortunadas.
María del Carmen
Me ha encantado tu blog. Ya tienes una seguidora más y aunque mi perfil diga que vivo en Cartagena, soy gallega como tú.
ResponderEliminarBiquiños paisana
Nela
Buena entrada.
ResponderEliminarNo me ha sorprendido nada lo que hablas de la policía, a veces pasan de todo, es como si no fuera con ellos lo que pasa en la calle.
La verdad es que la edad de la adolescencia es un trago que hay que pasar..mi abuela decía ..que en esa edad había que meterlos en el armario y sacarlos unos años después,..esa era la filosofía de hace 90 años....
Un abrazo
Hoy en día es muy difícil ser padre ¿pero cuando no lo ha sido? yo creo que todas las generaciones han tenido que luchar con algún movimiento adolescente, sin embargo no sé porque esta siempre nos parece la mas problemática. Un abrazo.
ResponderEliminarPues vaya mal trago....esto suele suceder y a veces es mejor ni pensarlo...por que te pones de una mala hostia que ni te cuento....la policia ole sus cojones....me gustaria saber que harian ellos si fueran sus hijos...en fin que te voy a contar,.,un besote y fuerza..animos que no estas sola.
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