Tras varios meses de no entender nada, de rebuscar motivos, de engrosar una lista llena de ¿por qué? y en la que los interrogantes no llegaron a tener respuestas claras... Después de tanto tiempo, se hacía imprescindible un nuevo enfoque, mirar las cosas desde otra perspectiva, hacer otro tipo de preguntas y analizar todo aquello que se había dejado de lado.
Centrarse en circunstancias externas no llevó a ninguna parte. Era el momento de cerrar los ojos para poder ver, sentir lo que podía estar sucediendo (si es que así fuera) en el interior. La investigación dio un giro brutal y empezaron a encenderse luces y a abrirse caminos.