Mamá tenía una vieja máquina de coser. Ni recuerdo cómo era. Sólo sé que era vieja, muy, muy vieja, tanto... que mi papá decidió comprarle una por su cumpleaños, cuando vivíamos en la casa de Virreyes. Porque mi mamá no había aprendido costura, pero cosía muy bien. Así que, unos días antes del cumple, papá nos llevó a las tres a una enorme tienda en que vendían máquinas y los muebles de las máquinas. Le compró una Singer de color crema, muy bonita. Mi hermana y yo elegimos el mueble: el más bonito de todos, el que en vez de dos cajones (uno a cada lado) tenía cuatro. El día indicado se la trajeron y le habían puesto un enorme lazo de regalo.
Mamá estrenó la máquina. Nosotras no dejábamos de mirar cómo hacía. La novedad era tal, que hasta se enteró nuestra amiga Lita (la de Caballito no, a esa la conocimos después; la de Virreyes). Mi mamá cosía y nosotras, las tres, mirábamos... Lita se quedó mirando la rueda, la de la máquina, que era plateada como un espejo. Creo que se quedó hipnotizada porque de repente se puso a chillar: se le había envuelto su pelo largo en la rueda mientras mamá cosía, y le tiraba de él. Ella dejó de coser y hasta tuvo que cortarle alguno de los mechones porque no los daba sacado de la rueda...
Pero la que lo hizo peor fue mi hermana. Ella decía que coser era muy fácil, y cuando mamá salió un momento de la máquina, se sentó en la silla. Le dijimos ¡sal de ahí, Aurora!, pero no nos hizo caso. Puso sus manos como las ponía mamá y empezó a darle al pedal hasta que... también se puso a chillar. Mi hermana se había cosido un dedo, tenía la aguja clavada en el medio y sangraba bastante.
¡Pasó tanto tiempo desde entonces! Ahora no sabemos absolutamente nada de aquella amiga. Mi madre tiene una nueva máquina de coser; yo también tengo una, pero no es Singer y apenas la uso. Y mi hermana, que tampoco llegó a ir a ningún curso de corte y confección, trabaja en una fábrica de costura, una firma muy cotizada y que solamente tiene empleadas a las mejores costureras. Va a ser verdad lo que decía mi madre cuando Aurora se cosió el dedo: por ahí es por dónde te entrará el oficio...
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Foto: © Carlos Laíño Lorenzo
Mamá estrenó la máquina. Nosotras no dejábamos de mirar cómo hacía. La novedad era tal, que hasta se enteró nuestra amiga Lita (la de Caballito no, a esa la conocimos después; la de Virreyes). Mi mamá cosía y nosotras, las tres, mirábamos... Lita se quedó mirando la rueda, la de la máquina, que era plateada como un espejo. Creo que se quedó hipnotizada porque de repente se puso a chillar: se le había envuelto su pelo largo en la rueda mientras mamá cosía, y le tiraba de él. Ella dejó de coser y hasta tuvo que cortarle alguno de los mechones porque no los daba sacado de la rueda...
Pero la que lo hizo peor fue mi hermana. Ella decía que coser era muy fácil, y cuando mamá salió un momento de la máquina, se sentó en la silla. Le dijimos ¡sal de ahí, Aurora!, pero no nos hizo caso. Puso sus manos como las ponía mamá y empezó a darle al pedal hasta que... también se puso a chillar. Mi hermana se había cosido un dedo, tenía la aguja clavada en el medio y sangraba bastante.
¡Pasó tanto tiempo desde entonces! Ahora no sabemos absolutamente nada de aquella amiga. Mi madre tiene una nueva máquina de coser; yo también tengo una, pero no es Singer y apenas la uso. Y mi hermana, que tampoco llegó a ir a ningún curso de corte y confección, trabaja en una fábrica de costura, una firma muy cotizada y que solamente tiene empleadas a las mejores costureras. Va a ser verdad lo que decía mi madre cuando Aurora se cosió el dedo: por ahí es por dónde te entrará el oficio...
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Foto: © Carlos Laíño Lorenzo
Queridos amigos:
ResponderEliminarNo puedo evitar pensar en esta noche en que estará llena la luna por primera vez en este año, como una noche mágica o meiga... No he podido evitar fotografiarla; cualquier día la subiré a mi blog de fotos...
Y en medio de este aire mágico, quiero agradeceros los comentarios y las visitas. "En el fútbol" seguramente más de uno se encontró al menos algo curioso. Puedo contar que la historia se repitió, no sólo en Buenos Aires, sino también en Brasil. Mi propio padre dice que si José, el Pelado, lo hubiera hecho ahora, no habría salido vivo del estadio; pero en aquella época las cosas eran diferentes.
Hoy quiero invitaros a leer "Sin dedal", dedicado con todo cariño a mi hermana.
Gracias, de nuevo, por vuestras palabras y felcitaciones en el año que comienza y un abrazo muy fuerte a todos.
Biquiños.
Carmen.
Vaya dolor el que debió de sentir tu hermana Aurora, pero lo bueno fue que eso no fue motivo para alejarse de las máquinas pues hay quienes quedan tan marcados por un hecho en su vida, que deciden no volver a a cercarse o siquiera tocar alguna cosa con la que tuvieron una mala experiencia.
ResponderEliminarVaya susto que se han de haber llevado todas.
Saludos
No fue el único dedo de mi hermana que peligró, Alezhi. La verdad que un poco "aventurera" sí nos ha salido.
EliminarY sí, aquello nos quitó las ganas de meternos en dónde no debíamos, pero al final todas acabamos aprendiendo a coser.
Biquiños!
Cierto que la luna estaba bellísima esta noche pasada Carmen, yo también le hice una foto de lo grande que se veía.
ResponderEliminarEn cuanto a la máquina de coser y sus historias yo creo que todos tenemos alguna que contar como la de tu hermana Aurora que por cierto vaya dolor!! Había una época donde en todas casas era imprescindible tener una, es más a mi hermana se le regaló para cuando se casó.. ya ves.
Un beso muy fuerte y feliz semana preciosa.
Lisebe, he subido una foto de esa luna ya al blog. Puedes verla en http://fotoscdnegrosaten.blogspot.com/ . Espero que te guste, al menos como me gusta a mi.
EliminarLo de las máquinas de coser creo que va por temporadas. Hace unos años muy poca gente tenía una en casa, y no se veían demasiados lugares en que las vendieran. Pero ahora, supongo que con la crisis, en las tiendas de electrodomésticos han vuelto a traerlas, modelos sencillos y otros más modernos. Creo que la gente, en momentos así, tiende a volver a lo de antes. Yo misma he vuelto a usar la mía después de unos años sin siquiera haberla movido más que para limpiar el mueble.
Biquiños!
¿El oficio, como la letra, con sangre entra?
ResponderEliminarConozco una historia igual, con la niña -ya adolescente- cosiéndose a toda prisa un disfraz de carnaval.
Feliz luna, Carmen.
Parece que sí. Cuando cosíamos a mano, mi madre siempre decía lo mismo si nos pinchábamos con la aguja: "por ahí es por donde entra el oficio", y al final parece que la máxima se cumplió.
EliminarBiquiños!
pues es un precioso recuerdo, lo que no cabe duda es que esas máquinas, ese movimiento de pedal, las piernas entreabiertas de una mujer dándole sin parar a ese balanceo, el ronroneo de la máquina... tienen su poder hipnotizador.(uff, imagino a tu hermana, chupándose a toda prisa el dedo... fue como su bautismo en ese arte)
ResponderEliminarfeliz lúa y mis blogueros saludos llenos
No tuvo opción a ello, José Antonio: le quedó el dedo atrapado hasta que regresó mi madre y pudo levantar la aguja y quitárselo de allí, así que aún fue peor.
EliminarBiquiños!
Bueno , pues yo podría contarte muchas aventuras co las Singer y las Alfa, hermosos artilugios para coser y bordar a máquina , ¡cuantas veces he colocado la sábana entre bastidores para hacer una flores y cuantas regañinas llevé por meter la manos en esas portentos de herramientas con pedal y rueda . Mi padre , que era contrabandista traía cajitas de coser y bordar de Hamburgo . yo le birlaba a cada caja de 100 un par de agujas y las vendía en una mercería a un duro la unidad , me iba muy bien lo de que mi padre fuera contrabandista.
ResponderEliminar¡Cuantas locuras hace la juventud con los "bordados"
Un bico Xeitoso..
Yo tengo una Alfa especial para bordado, pero porque me quedé con ella ya que mi madre no bordaba. Nosotras somos más bien de confección (y también arreglos, por supuesto); la que más bordaba era yo, pero de eso ya hace mucho tiempo y me gustaba más hacerlo a mano.
EliminarBiquiños!
Hola...que buena....aun recuerdo las maravillosas singer....hasta hace muy poco tenia una de los años 60 mas o menos....era la envidia de muchos de pequeño....la gente cuando las veia es como que tenia una magia que les atraia..es dificil de explicar...hasta el olor del aceite me acuerdo...el pasar el hilo.....rellenar el cabezal de abajo ...es todo una leyenda...un abrazo...biquiños carmen.
ResponderEliminarEs cierto, Bird, todo un ritual que una vez aprendido nunca se olvida. Prácticamente terminas haciendo todo eso sin mirar.
EliminarBiquiños!
creo que el "test de aptitud vocacional" no volvería a repetirlo tu hermana por nada del mundo, je. besos.
ResponderEliminarPues es la que más cose de las tres, Draco.
EliminarPor cierto, algo me dice que no sabes el porqué del título: viene de un refrán que conocí aquí, en España: "costurera sin dedal, cose poco y cose mal". Claro que en la máquina de coser lo del dedal está de más...
¡Biquiños!
Yo soy de los que creo que el oficio lo llevamos en la sangre. Yo tuve opciones para trabajar en cosas diferentes a lo mío, pero desde pequeño recuerdo que me quedaba mirando las losetas o el mármol de las fachadas y me preguntaba como estaría pegado para que no se cayera. A los 14 me preguntó mi padre qué quería ser y no lo dudé, a pesar de que me dijo que eso ni muerto.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen.
PD.- Como esa Singer tenemos una en casa, y funciona estupendamente
Creo que van mejor las máquinas antiguas que las modernas, al menos sobre determinados tejidos. Claro que las modernas hacen zig-zag y eso les ha dado muchas más posibilidades. Mi madre se deshizo de aquella máquina, se la pasó a mi hermana; pero creo que siempre se arrepintió de esa decisión (mi hermana acabó por ponerla en mal lugar y se estropeó con la humedad).
EliminarBiquiños!
En mi casa tenemos la màquina Singer de cocer de mi madre como decoraciòn, es todo un recuerdo de ella.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
fus
Hola Paco! Mucha gente las guarda como reliquias, cosa que me gusta porque se lo merecen.
EliminarBiquiños!
Quien tenga una maquina de coser Singer de aquella época, sin duda alguna tiene un tesoro y un bello recuerdo.
ResponderEliminarMuchos besinos de esta amiga admiradora.
Cierto, Ozna: una de esas máquinas es un tesoro.
EliminarBiquiños!
Carmen, tengo una Singer en casa de esas antiguas, que se le hizo un mueble.
ResponderEliminarEn una ocasión, que se me hincharon las piernas, el médico, me recomendó, que hiciera ejercicio, pedaleando en la máquina de coser.
Ya veremos la luna en tu blog, cuando la publiques.
Hoy han puesto en Televisión, una foto de la luna llena, preciosa.
Saludos, manolo
Hola Manolo! La foto ya está en el blog : http://fotoscdnegrosaten.blogspot.com/ . Espero que te guste.
EliminarBiquiños!
Mi abuelita tenía una singer preciosa que acabó en casa de mi madre. Mi hermana pequeña se emperró en que mi madre se la diera (sin contar con ninguno de sus dos hermanos) porque la iba a poner limpia y pulida como adorno en su casa amén de coser con ella de vez en cuando y ahora la tiene arrumbada en el trastero. Cada vez que lo pienso ¡me pongo de una bad milk que paqué!
ResponderEliminarSalu2
Nada, Juan Carlos, ya estás corriendo para rescatarla. ¡Eso sí que no puede ser!
EliminarBiquiños!
Essa máquina é uma relinquia, bonita e vale a apena guarda-la. Desejo que 2012 seja muito bom pra ti e os teus. Beijos!
ResponderEliminarSí lo es, Smareis.
EliminarBuen años 2012 también para tí.
Biquiños!
hola,
ResponderEliminarpreciosos y valiosos recuerdos que tb ayudan a vivir, valorar y amar..
Buenas noches y feliz fin de semana
Hola, vengo del blog de la Gata Coqueta, al ver tu felicitación he decidido venir a visitarte porque me ha gustado mucho como lo has hecho.
EliminarSí que miro a la luna y a las estrella, por eso he venido a visitar tu blog, lo ha visitado un poco y me ha gustado mucho.
Esta entrada es muy simpática, me recuerda a la máquina que había en mi casa, también era una Singer, similar a la que describes en tu entrada, en ella cosía mi madre y mi hermana, yo aún era pequeña para coser, aprendí después, aunque no mucho.
Es muy gracioso lo que cuentas de tu hermana, lo del dedo fue la salida para hacerse una buena diseñadora, esas son cosas del destino.
Besos de esta nueva amiga bloguera
Eso es cierto, Poseidón.
EliminarBiquiños!
Bienvenida, DEMOFILIA. Si te gusta mirar a la luna, te invito a ver la primera luna llena de este año que he fotografiado y subido a mi blog de fotos: http://fotoscdnegrosaten.blogspot.com/ .
EliminarBiquiños!
(no he podido responderte justo bajo tu comentario porque lo has dejado como respuesta a otro comentario, cosas nuevas del blogger a las que aún no estamos acostumbrados)
Las gracias a tí, María del Carmen!
ResponderEliminarBiquiños!
jajajaj Llego tarde, pero llegué a leerlo. Uhhh la vieja Singer... ¡Mi mamá todavía la tiene! -de adorno, porque ella tiene 82 años y ya no cose- ¡Pero funcionaaa!. Era de mi abuela, así que esa máquina tendrá cerca de 90 y pico de años!!! Toda una reliquia... Tenía razón tu madre que el oficio, a tu hermana, "le entró literalmente" jajajaj. Buenísima anécdota!!! Un beso grande!!!
ResponderEliminarLo que importa es que, al final, llegaste, Diana. ¿Y tú? ¿no te animas a coser en ella?
EliminarBiquiños!
Me has hecho recordar que mi mamá también tenía en una máquina de coser hace muchísimos años. Creo que ya la regalo porque ya no se encuentra en su casa.
ResponderEliminarHola David. ¡Cuántas máquinas olvidadas por ahí! Había que empezar a darles uso de nuevo; estoy segura que no defraudarían a nadie.
EliminarBiquiños!