Crimen perfecto

Me han contado que en ciertos países el hombre que se siente “engañado” por su mujer primero mata a los hijos, luego a la mujer y después se suicida. Aquí, en España, cambia un poco: el hombre no soporta que la mujer no lo soporte y le haya pedido el divorcio, entonces le echa la culpa a los celos, dice que está enfermo, la mata a ella delante de los hijos y luego “se suicida” él (bueno, hace como que..., porque después de matar a la ex-mujer ensañándose con ella, resulta que su “suicidio” siempre le sale mal y termina de rositas, como si no hubiera hecho nada... hasta que un tiempo después repite juego con alguna otra que no tenía ni idea de lo que el susodicho había hecho antes).



Yo me digo que porqué son tan tontos. Con lo fácil que habría sido hacer las cosas al revés: primero, para que no le falten fuerzas, se mata el tipo; cuando está bien muerto, entonces ya puede ir al segundo plan, o sea, matar a la mujer. Claro que como está muerto se le hace un poco difícil; y va el tipo y se cabrea, así que decide convertirse ¡sí!, en un fantasma, con sábana incluída, que no le falte de nada, sobre todo sus dos agujeritos para poder ver bien. Se decide a ejecutar su plan perfecto escondido en el estante de la ropa de cama. La mujer va a cambiar las sábanas y ve dos manchas: “vaya..., lleva tanto tiempo guardada esta sábana que ya empieza a estropearse”, así que la pone en la lavadora a 90º , con quitamanchas especial y un buen centrifugado. Al terminar el lavado, tiende la ahora blanquísima sábana al sol. Entonces llegan los chicos, ven aquello como una magnífica tentación y se apoderan de lo que terminará siendo su “tienda de campaña” en el jardín trasero. Al terminar el día, la sábana-marido-fantasma-tienda de campaña está tan rota y estropeada que no se atreven a otra cosa que no sea deshacerse de ella ¿cómo?, pues de la mejor manera: quemándola en la barbacoa.

El marido ha desaparecido y ya no da problemas, ni le pega a la mujer ni a los chiquillos, y una sábana vieja más o menos no se echa en falta. Crimen perfecto, ¿para qué siguen comiéndose el coco y empezando por el revés?