No soplaré las velas el día de mi cumpleaños.
No será como aquel año, el que llegamos a Barcelona (¡cómo ha cambiado la ciudad desde entonces! Supongo que también lo habrá hecho desde la última vez en que estuve allí). Desembarcamos justo ese día, pero en el desayuno no había una tarta especial para quienes estaban de aniversario. Y tampoco podíamos quedarnos más tiempo, ni siquiera esperar a pasar la hora del almuerzo. Sí, ese año, aún tan niña, me quedé sin fiesta, sin regalos, y también sin la tarta el día de mi cumpleaños.
No vendrán mis amigos, mis amigas... Tienen que trabajar o viven muy lejos. Es posible que ni recuerden la fecha.
No se acordarán mis hijos, y mis padres quizá me saluden con un ¡felicidades!, y ahí se quedará todo.
No habrá más que algún email, quizá un par de sms despistados y, probablemente, unas cuantas felicitaciones tardías de gente que nunca he visto, que nunca llegaré a ver ni a conocer; sentimientos de compromiso solamente por haber leído este post...
No escucharé un sincero “te amo”. Los te quiero no son lo mismo. Quizá haya álguien que vuelva a asignar la palabra tristeza a unos ya no tan jóvenes ojos negros.
Ella, la de los ojos tristes, la que creyó en promesas; “espérame ¿si?”, y le esperó, hasta que la alegría se fué diluyendo entre días, semanas, meses y años y, al llegar el cumpleaños marcado, recibió una mirada baja envuelta en silencio y engalanada con un lazo vacío de esperanzas.
Ella, la que cumplió los años y abrió sus manos para encontrarse nada, cual arena que entre sus dedos se fué escurriendo y desapareció con el tiempo.
Ella, que esperaba verle al otro lado del humo de las velas apagadas, y el humo desapareció, pero él no estaba.
No soplaré las velas, será mejor así, como si el tiempo aún no se hubiera cumplido, como evitar abrir las manos, como no recibir ese presente vacío. Quizá ella no se dé cuenta; tendré un año más para convencerla de que no vale la pena esperar, de que las palabras se las lleva el viento, de que la vida a las dos se nos va.
No será como aquel año, el que llegamos a Barcelona (¡cómo ha cambiado la ciudad desde entonces! Supongo que también lo habrá hecho desde la última vez en que estuve allí). Desembarcamos justo ese día, pero en el desayuno no había una tarta especial para quienes estaban de aniversario. Y tampoco podíamos quedarnos más tiempo, ni siquiera esperar a pasar la hora del almuerzo. Sí, ese año, aún tan niña, me quedé sin fiesta, sin regalos, y también sin la tarta el día de mi cumpleaños.
No vendrán mis amigos, mis amigas... Tienen que trabajar o viven muy lejos. Es posible que ni recuerden la fecha.
No se acordarán mis hijos, y mis padres quizá me saluden con un ¡felicidades!, y ahí se quedará todo.
No habrá más que algún email, quizá un par de sms despistados y, probablemente, unas cuantas felicitaciones tardías de gente que nunca he visto, que nunca llegaré a ver ni a conocer; sentimientos de compromiso solamente por haber leído este post...
No escucharé un sincero “te amo”. Los te quiero no son lo mismo. Quizá haya álguien que vuelva a asignar la palabra tristeza a unos ya no tan jóvenes ojos negros.
Ella, la de los ojos tristes, la que creyó en promesas; “espérame ¿si?”, y le esperó, hasta que la alegría se fué diluyendo entre días, semanas, meses y años y, al llegar el cumpleaños marcado, recibió una mirada baja envuelta en silencio y engalanada con un lazo vacío de esperanzas.
Ella, la que cumplió los años y abrió sus manos para encontrarse nada, cual arena que entre sus dedos se fué escurriendo y desapareció con el tiempo.
Ella, que esperaba verle al otro lado del humo de las velas apagadas, y el humo desapareció, pero él no estaba.
No soplaré las velas, será mejor así, como si el tiempo aún no se hubiera cumplido, como evitar abrir las manos, como no recibir ese presente vacío. Quizá ella no se dé cuenta; tendré un año más para convencerla de que no vale la pena esperar, de que las palabras se las lleva el viento, de que la vida a las dos se nos va.
Hoy tan solo será otro día, un día más, igual que lo será el cuatro de agosto, aunque uno a uno hayan pasado esos diez años ya.
Queridos amigos:
ResponderEliminarA la vida también le gusta jugar y a veces lo hace como ocurrió en el momento de publicar el post anterior; no siempre son juegos agradables, pero así son las cosas.
Quiero agradecer vuestras visitas y comentarios a la vez que os presento un pequeño escrito, “Cuatro de agosto”, quizá un poco diferente, salpicado también por las situaciones que algunas veces se nos ponen delante y que nos puede costar comprender.
Un abrazo muy fuerte, con cariño.
Biquiños en estas fechas especiales....
Carmen.
Acontece, minha querida Carmen, que a vida nem sempre nos oferece o que esperamos dela, mas tudo quanto aconteceu (tenha sido bom ou ruim) é o patrimônio disso que alguns chamam de alma. Acredito que você tem uma alma enorme e uma coragem de dar inveja.
ResponderEliminarEspero que não seja mais um outro dia e sim um outro dia mais.
Carinhos.
HD
para este pirata, el cuatro de agosto siempre es un día especial. un beso.
ResponderEliminarCarmen, ¿Qué puedo decirte? Justamente yo, que soy bastante "renegada" a lo que a cumpleaños se refiere. No me gustan los festejos -aunque me guste recibir algún ¡Feliz cumple! de quienes no sólo se acuerden de mí ese día, sino el resto del año-. Aunque, después de todo, ¡es un día más!, como cualquier otro. Es como el día de la madre, el día del padre, el día del amigo, etc, etc... Por costumbre hacemos "loas" en ese día oficial, pero los que realmente cuentan son los 364 restantes. Sea como fuere -aunque te conozca hace poco- no me vas a sacar el gusto de desearte felicidades. Tal vez no sea el saludo que estés esperando, pero será de corazón y sin compromiso. Me parece genial que expreses lo que sientas, es un buen síntoma. Un beso grande, Carmen
ResponderEliminarUn año más siempre es bueno en la vida ¡cumplirlo! es señal de haberlo vivido y la vida siempre se debe agradecer y festejar, sabes Carmen yo estuve a las puertas de no cumplir más y desde entonces cada día es un festejo. Ya sea 4 como cualquier otro yo siempre digo: "Bendita la madre que te dio a luz y gracias a ella estas aquí"!!
ResponderEliminarPetonets de tot cor
Biquiños
Binito escrito expresando tus sensaciones , tus emociones más intimas.
ResponderEliminarCumplir, festejar...siempre hay recuerdos que borran el instante de celebración , el único momento real que tenemos en la vida.
Un abrazo.
los humanos somos seres en grado de: prometer. con èsto tratamos de ponernos en regla con nuestras conciencias.
ResponderEliminarbella y triste narraciòn
un saludo
Blas
Felicidades, sobre todo por tu sensibilidad, que desarma.
ResponderEliminarSaludos blogueros
¿Entonces no podremos felicitarte sin que importe que seamos solamente unas letras perdidas en el blog? No sabes si algún día los aires de la vida nos lleven a conocernos, uno nunca sabe.
ResponderEliminarEstá claro que la protagonista quiere más que "palabritas en correos, msn o mensajes", es válido hacerlo; así que dále mis saludos ese cuatro de Agosto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este tío de barba rala y mirada perdida no te felicita por un día como otro cualquiera, lo hace por estar ahí y repartir vivencias a través de tus escritos.
ResponderEliminarTenemos que seguir viviendo con ilusión para poder seguir contándolo.
Un beso un día como otro cualquiera,
Carmem,
ResponderEliminarAdoro seus textos! Tem uma terna magia.
Um abraço do Brasil!
Todos los años cuentan. Y sólo a veces -nos pasa a todos- no nos damos cuenta lo importantes que somos para todos aquello -pocos, muchos- que nos quieren.
ResponderEliminarSaludos
Carmen querida ...Arriba toda la fuerza de esa Leonina !! Un año más vale para crecer en el SER.
ResponderEliminarAbrazos Marga con amor.
Yo te dejo mi abrazo y felicitaciones, a pesar del anonimato, leerte te me haces mas cercana. Conocer tus textos y palabras, es conocerte un poco mas cada vez.
ResponderEliminar:)
Volví, para desearte un feliz cumpleaños, mi querida y valiente amiga allende el océano...
ResponderEliminarUn beso enorme.
Humberto.
Carmen: Claro, no contaba con la diferencia horaria. Por acá todavía es 3 de agosto... jajaja
ResponderEliminarPues vaya ahora mismo para allá mi:
¡FELIZ CUMPLEEEEEEEEEEEEEEEEEEE, CARMEN!!!!!!!!!!
Un beso ENORME y a empezar a vivir este nuevo añito que recién está dando sus primeros pasos!!!!!
Ya es 4 de agosto. FELICIDADES !!!! Que vaya muy bien este nuevo año :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias a tod@s, de verdad, de corazón!
ResponderEliminarEstais invitados a un trozo de tarta en mi blog Negro Satén
Un fuerte abrazo.
Biquiños.
Carmen.
(C.D., Carina)
Ahora si!
ResponderEliminarMuy feliz cumple!!!!!!!!!!!!!!!!
Y otro abrazo mas fuerte!
Pd.:lo de anonimato lo decía por mi, basándome en tu texto, que quizás nunca nos conozcamos personalmente... pero sabes hay gente que conozco personalmente que es mas anónima que nosotras que compartimos letras...
ResponderEliminar:)
Yo también cumplo años en este mes y creeme que nunca he sido fanático de los festejos. Que si estoy amragado, que si esto, que si lo otro...nunca me ha importado lo que la gente opine de mi actitud. Simplemente me gusta estar conmigo mismo y reflexionar para que el siguiente año sea mucho mejor.
ResponderEliminar¡Muchas felicidades mujer! No tengo el placer de conocerte, pero estoy seguro que eres un excelente ser humano. Recibe un cálido abrazo desde México.
A veces pasa que olvidamos los cumpleaños de nuestros seres queridos, y no por no querer comprar un presente o algo, simplemente porque a veces de plano la memoria nos traiciona, a mi siempre se me olvida el cumpleaños de una amiga muy querida, durante todo el mes lo estoy recordando, pero el mero día nada de que me acuerdo, pero ella sabe que yo siempre pienso en ella, sea su cumpleaños o no ella está siempre en mi corazón.
ResponderEliminarSea como sea, siempre hay alguien que si recuerda esas fechas y de manera sincera te lo hace saber.
felicidades :)
Felicidades por tu cumpleaños, y por la sensibilidad de tu post.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog, lo acabo de descubrir.
Saludos.
Hola Carmen, cumplir años tiene su importancia, aunque no quieras celebrarlo esta vez, pero al menos llegas y cumples, así que te deseo muchas felicidades y espero tengas un fin de semana especial,
ResponderEliminaryo también nací un día 4.
un abrazo.
UN ABRAZO por el cuatro de agosto y espero conocerte más que te sigo desde ahora en tu blog, saludos
ResponderEliminarSi conseguimos hacer de todos los dias, dias especiales, si de los dias especiales no esperamos nada....
ResponderEliminarquizá es que la vida viene dada así...yo prefiero no pensar ni cumplir(años)
felicidades con retraso y de corazón..