Hielo. ¡Tanto frío! Y de la rosa ardiente, de ella, de la mujer que te amó..., has dejado el corazón helado.
Has sido hielo... Has abierto tantas heridas; has quemado su piel, cuerpo y alma al unísono sangrando... Y la sangre de ella, congelada.
Has dibujado un camino de hielo, senda adoquinada que conduce al infierno; carámbanos colgantes que caen a tu antojo y se clavan en la diana que has marcado. Tanto frío, tanto daño, tanto dolor sobrehumano...
Hielo. Tan solo frío has dejado. Y aquel fuerte latido acompasado... se ha parado, cual metrónomo apagado.
Hola amigos:
ResponderEliminarQuiero agradeceros las visitas y los comentarios en "Teatro", un post que ha sido como una pequeña travesura y que hoy me ha traído a la mente algunos juegos infantiles que siempre terminaban en castigo, y empezaban... ¡ay, no!, mejor me lo guardo y lo cuento en otro post... (momentos que esta tarde, junto a mi prima y tras hablar del escrito, nos vinieron a la mente de aquellos años de niñez). Gracias, Divi, por recordarlo y revivirlo una vez más (aunque esta vez nadie nos ha castigado, je je).
En el otro extremo, un suceso acaecido a una persona muy cercana, hoy me ha llevado a retomar "Hielo", escrito hace unos años, pero actualizado y con la mente en todas las víctimas de maltrato físico o psicológico, aunque lo haya, de alguna manera, centrado en un personaje (que podría ser cualquiera...). Os invito a leerlo.
Biquiños.
Carmen
Aunque no lo creas añoro las regañinas de algunos.....
EliminarCuando el corazòn se queda helado hay que volver a reanirmarlo, preferible un corazòn helado solitario a un corazòn pasional sin ser correspondido y maltratado. Felicidades por esta entrada donde denuncias un caso de violencia de gènero.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Gracias Paco. Como bien dice el refrán, mejor solos que mal acompañados ¿no?.
EliminarUn abrazo...
¡Biquiños!
Con la reanimación del tiempo y el afecto de los suyos, el corazón helado puede volver a recomponerse.
ResponderEliminarSiempre quedan algunas secuelas. Es cierto, pero dar el paso de poner espacio y distancia, es el camino hacia la liberación.
Buena entrada, Carmen.
Un abrazo.
Siempre quedan secuelas, Juglar, y, entre ellas, puede estar el miedo a que algunas cosas se repitan. Eso hace cambiar la perspectiva ante la vida y ante los demás.
EliminarUn abrazo!
Biquiños...
Triste y frío nos lo brinda tu hermoso corazón, que en medio del frío desprende el calor que llevas dentro.¡Es verdad que hay heridas que que dejan helado el alma, pero cuando muere una ilusión siempre nace una esperanza.
ResponderEliminarUn beso.
¿Siempre, André? En ocasiones las cosas no son tan fáciles, o es que las esperanzas juegan al escondite...
Eliminar¡Biquiños!
el tiempo diluye todos los hielos, así sea pantagruélicamente grande y monstruoso como cualuier témpano de alguno de los polos, hasta volverlo agua, evaporarlo y desaparecerlo para siempre, sin dejar rastro, como si nunca hubiese existido... besos.
ResponderEliminarPero quedan los surcos, las huellas, las heridas que los hielos han dejado. Esas nunca desaparecen, Draco...
Eliminar¡Biquiños!
Si un amor provoca frío no habrá ya calor que el devuelva el alma.
ResponderEliminarA lo que no tiene razón de ser hay que cerrar el libro.
Un abrazo Carmen
Hola Juan. El frío, como sinónimo de la confianza perdida, implica la inmensa dificultad (o nula posibilidad) de recuperarla, recuperar ese calor. Como bien dices, cuando un libro se termina, se cierra, se guarda y punto.
Eliminar¡Biquiños!
Que triste que estas palabras son parte de la realidad de muchas mujeres que sufren por los abusos físicos y psicológicos de parte de quien más debería quererlas y cuidarlas, que pena que esto siga sucediendo y que a veces esas mujeres no tienen el apoyo de nadie para afrontarlo.
ResponderEliminarSaludos Carmen
Sí, Alezhi, es una pena enorme; es mucho más que eso.
Eliminar¡Biquiños!
Doloroso, Carmen, esta pieza deja una sensación de desasosiego profunda.
ResponderEliminarUn abrazo,
Yo también lo siento de ese modo, Pedro.
Eliminar¡Biquiños!
Impresionante y lamentablemente moneda corriente. Has descripto esa sensación de manera conmovedora. Un frío que se nos cuela entre los huesos. Un beso grande, Carmen!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Diana. Otro beso enorme para tí...
EliminarEs increible como aún hoy en día muchas personas optan por vivir un invierno perpetuo en lugar de dejar paso a una tímida primavera.
ResponderEliminarHermoso el relato como todo lo que te sale del el alma y transcribes para nosostros, gracias por compartirlos.
Gracias, Divi.
EliminarY, sí, por supuesto que entiendo, creo y sé que echas de menos esas regañinas en especial. No eres la única... Seguro que, allá en dónde esté, nos está mirando y recordando todos esos momentos y sonriendo; yo prefiero recordarlo así...
¡Biquiños!
esta vez me has dejado frío a mí también. Más por saber (porque lo has dicho) que se trata de un hecho real o que nació de un hecho real.
ResponderEliminarEs difícil escapar de esos témpanos humanos, pues saben camuflarse muy bien entre los seres de sangre caliente.
Un beso enorme.
HD
¡Y qué bien se camuflan, Humberto! Después del post, este fin de semana, yo misma me he tropezado con uno de esos..., uno que conozco muy bien, pero que, a pesar de todo, siempre consigue hacer demasiado daño. No quiero recordarlo, de verdad; no quiero.
EliminarOtro beso enorme para tí.
Carmen.
Hola María del Carmen! Espero que tengas una maravillosa semana.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por tus cálidas visitas.
¡Biquiños!