Y allí
estaba. Después de la catástrofe..., después de haber causado tantos
problemas..., después de que se acordaran de su madre... (¡ups! ¿tiene
madre?).
Porque
no tiene perdón que en el último momento se rompa la cremallera del
pantalón y el dueño del mismo, justo delante de quienes le iban a
entrevistar para el puesto de trabajo que tanto anhelaba, por el que
tanto había luchado..., aquel por el que se peleaban unos y otros..., se
viera obligado a taparse con las dos manos la entrepierna para no dejar
al descubierto sus prendas interiores.
El problema era que bajo el pantalón no llevaba prendas interiores...
Y tras el bochorno..., apareció la pieza que faltaba y que debía sujetar... aquello que no sujetó y se escapó de su prisión.
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Post preparado para el blog : Jugando con Imágenes
Queridos amigos:
ResponderEliminarEntre la realidad y la ficción hay a veces una línea muy difícil de distinguir. Gracias por vuestras visitas y comentarios en “¿Meigallo?”.
Hoy publico un post preparado, en un principio, para salir a la luz dentro de unos días en “Jugando con Imágenes”
( http://fotoscdjugando.blogspot.com.es/ ) , blog que hemos abierto mi amigo Draco y yo como un pequeño entretenimiento y con la única intención de pasarlo bien. Mas ,cuando estaba programando esta pequeña historia, pensé que podría muy bien haberla subido aquí, en Meiga Noite de Lúa. Draco me animó a ello, y ahora es una historia de “Meiga” que se republicará en “Jugando con Imágenes”. Espero que os guste.
¡Biquiños!
Carmen.
te iba a decir que también uno de los que la podían andar buscando es el príncipe de edimburgo que aireó sus miserias la otra vez; pero ya me acordé que lo que él usaba fue una kilt y no pantalones. (bueno, los pantalones -aunque use vestidos y faldas-, los lleva la reina)
ResponderEliminarbesos.
¡Que bien lo cuentas !, estás llena de ingenio.
ResponderEliminarBesos.
Me rei, me imaginaba la suacion, que manera tan absuda tuvo la cremallera para fastidiar. besos
ResponderEliminarMe has arrancado una sonrisa, Carmen y eso que creí que el gris de la tarde me lo iba a poner imposible.
ResponderEliminarUn abrazo,
Muy bueno el relato!!! Sutil y ocurrente. Saludos
ResponderEliminar¡Adiós trabajo!
ResponderEliminarBesos Carmen
Yo creo, que igual si lo que se viò gustò a alguna entrevistadora, aùn podìa tener posibilidades....jajaja
ResponderEliminarun abrazo
fus