No sé de qué te extrañas, le dije a mi madre.
La verdad es que conociendo a mi prima, aquello no me sorprendía en absoluto. Era escuchar la historia y venirme a la cabeza un completo “manual de fechorías” infantiles y juveniles, recuerdos de travesuras (algunas incluso finamente maquiavélicas) que merodean por mi memoria desde aquella época; y su niño más pequeño ha salido calcado a su madre.
La verdad es que conociendo a mi prima, aquello no me sorprendía en absoluto. Era escuchar la historia y venirme a la cabeza un completo “manual de fechorías” infantiles y juveniles, recuerdos de travesuras (algunas incluso finamente maquiavélicas) que merodean por mi memoria desde aquella época; y su niño más pequeño ha salido calcado a su madre.