Dos hermanas

Dile a la hermana de tu hermana que es mía y sólo mía

Y lo que la hermana de mi hermana creyó una original forma de declaración de amor se convirtió en la sentencia y preludio de una vida regida por el maltrato psicológico.

Después de tantos años, la hermana de mi hermana todavía intenta curar heridas abiertas, esconder cicatrices que nunca desaparecerán, olvidar en lo posible y poder llegar a un punto en el cual sea capaz de confiar para poder amar de nuevo. Pero está tan profundo el dolor, y se ha vuelto tan sensible su piel, que no ha encontrado bálsamos, ungüentos ni pociones efectivos para minimizar su mal.

Y el tiempo pasa. Y la vida sigue. Y la hermana de mi hermana ya no es de nadie, mas que de sí misma.

A mi hermana nadie le dijo nada. ¿Por qué a mi sí?