9 ago 2012

Guarden silencio

Cuando la niña nació, la familia se puso de acuerdo para no ir todos juntos a ver a la madre y a la pequeña. Era el primer retoño de una nueva generación, la primera bisnieta, dirían mis abuelos...; el primer hijo nacido del gran grupo que éramos los primos hermanos, aunque la que acababa de ser madre no era ni la mayor, ni la segunda, ni la tercera en edad... Por eso aquella niña siempre fue tan especial.


En el hospital viejo no había sala de espera. Nos tenían en un pasillo que separaba las dos alas de la planta : la de las "preñadas" y la de las "paridas", como dijo mi tía. Esa tarde apenas eramos media docena de personas, familiares de las pocas mujeres que podían dar a luz en aquel lugar. No mucho tiempo después inaugurarían el gran Hospital Maternal, y el resto de pequeños que llegaron al mundo y aterrizaron entre nuestros brazos nacieron allá.

Acababan de abrir las puertas para visitar a los bebés y a sus madres, pero solamente dejaban pasar uno o dos acompañantes por habitación, aunque en cada una de ellas podía haber hasta cuatro mujeres con sus hijos. Seguíamos esperando turno cuando las puertas del ascensor se abrieron y de él salieron al menos una docena de personas de etnia gitana que revolucionaron el pasillo a pesar de los carteles de "guarden silencio". En muy poco tiempo el ascensor volvió a parar en la planta y otro grupo de gente se unió al que ya se había adueñado de los pocos bancos, rincones y todo lo que sirviese para apoyarse a esperar, y al que varias enfermeras habían salido a llamar la atención (vanos intentos) por el ruido que hacían. Sin embargo, el momento culminante estaba aún por llegar: cuando el marido de la mujer gitana y padre de su hijo recién nacido llegó, acompañado de otros hombres, y a gritos comenzó a llamar por el doctor. Una auxiliar se acercó y les llevó a un pequeño despacho en el ala de las mujeres que ya habían dado a luz. A los pocos minutos, volvía a salir vociferando y reclamando su derecho a llevarse a su esposa e hijo.

- ¡Mi mujer ha venido para tener a la criatura y ya la tiene, así que nos los llevamos a casa!

De nada servían las palabras del galeno y de las enfermeras, o los intentos del guardia de seguridad (más asustado que un elefante ante un ratón) para hacer comprender al hombre que era demasiado pronto para que la madre saliese siquiera de la habitación: su niño había nacido apenas un par de horas antes. 

Desde la habitación en que mi prima acurrucaba entre sus brazos a su pequeña pudimos ver la escena. El hombre se acercó a su esposa y le habló en tono autoritario:

- Mujer, recoge tus cosas y trae al niño, que nos vamos.

Entre varias mujeres ayudaron a la recién parida y, ante la impotencia de los médicos y demás personal, salieron prácticamente arrasando todo por dónde pasaban, se dirigieron al ascensor, y se fueron.

El silencio por fin reinó en aquel pasillo, hasta que el llanto de algún pequeño reclamó la atención de su madre, y la de los que estábamos allí, como si nada extraño hubiera pasado.


21 comentarios:

  1. Queridos amigos:

    Gracias por vuestras visitas y comentarios en el post "Leo".

    Hoy os invito a la lectura de "Guarden silencio", quizá un poco vertiginoso, tanto como intentar conseguirlo a marchas forzadas.

    Un abrazo.

    Carmen.

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  2. Los gitanos son especiales, cuando hay un enfermo con internacion prolongada acampan afuera con autos o carpas
    Despues de todo las indigenas tienen sus niños y vuelven a la rutina diaria
    Muy bien logrado tu relato
    Un abrazo

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    1. Sí, Lapislázuli, son muy especiales, no cabe duda alguna.
      Gracias por tus palabras.
      ¡Biquiños!

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  3. la gitana bien podría haber dado a luz en su tienda o en su casa, como es costumbre en su cultura, pero quisieron asegurarse de que la madre y la criatura se encuentren bien después del parto. al menos ya tienen cierta conciencia de cómo deben hacerse algunas cosas. un beso.

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    1. Hola Draco. Las cosas cambian... Si ahora esto te ha llamado la atención, imagina lo que ha sido para nosotros que una de mis primas hubiera decidido dar a luz a sus hijos en su propia casa (y así lo hizo con los dos). Yo pienso que está bien, pero hay casos que se pueden complicar y en casa puede no haber recursos para que todo vaya bien.
      ¡Biquiños!

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  4. Pues el relato te salió bordado amiga!
    Las personas de etnia gitana son peculiares, como lo son los españoles, o los indios, o los musulmanes...cada uno vive en su mundo...y a mi estas escenas me parecen fascinantes, aunque estando en un hospital...ummmmmmmm....

    Mil besos tesoro!

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    1. Hola Remei. Las diferencias culturales siempre marcan diferencias y lo que a unos nos parece lo más lógico, a otras personas no les parece igual.

      ¡Biquiños!

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  5. Tienes un don especial para la narrativa, yo, que soy medio gitano ,sé que normalmente actuamos así tal como lo has contado.
    está, esta tu narración llena de un maravilloso realismo.
    besos.
    ¡Cuídate!

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    1. Muchas gracias André.
      Me cuido, me cuido... ¡qué remedio! Cuidate tú también...
      ¡Biquiños!

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  6. Pues si esto es lo que consigues a marchas forzadas, Carmen, que viva el stress.

    Este es un relato en el que transmites -de forma ajustada, precisa y veraz- las costumbres y los sentires de un pueblo demasiadas veces incomprendido.

    Un abrazo,

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    1. Hola Pedro.
      No siempre soy capaz de escribir de ese modo. Ahora mismo creo que no podría, por eso estoy saludando y respondiendo a los comentarios.
      Un abrazo muy fuerte para tí.
      ¡Biquiños!

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  7. Fue a tener al bebé y era todo como dice el gitano.

    Buen relato Carmen, que estés bien.

    besos

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    1. Y así fue, Linda Flor. La historia real fue más cruda porque la mujer acababa de dar a luz hacía unas horas, pero mediante cesárea y el marido ya le estaba reclamando que tenía muchas cosas que hacer en casa y que no pintaba nada tirada en la cama..., pero quise suavizarlo...

      ¡Biquiños!

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  8. Cada persona tienes sus propias creencias y ellos son tan especiales que tienen sus propio sanedrìn familiar, que son los mayores, a los cuales respetan y cumplen sus propias leyes ètnicas.
    Me alegra mucho saber que estàs bien y que tienes proyectos nuevos.

    un abrazo

    fus

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    1. Sí, Paco, estoy un poco mejor, con altibajos... pero es normal. Sobre lo de los nuevos proyectos, ya está en marcha "Jugando con imágenes" http://fotoscdjugando.blogspot.com.es/ , que llevamos adelante mi amigo Draco y yo, y al que espero pronto se una más gente...
      ¡Biquiños!

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  9. Que buen relato, ya sea extraído de la imaginación o de una vivencia, me hizo imaginar la escena, hasta yo me sentí abrumada entre tanta gente y molesta por no poder callar a todos ellos, la verdad que incomodo sería estar en el lugar de aquella mujer y no dudo en lo absoluto que ese tipo sea de los que aun esperan que la mujer lo atienda a llegar a la casa.

    saludos

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    1. Hola Alezhi. Has acertado: el marido esperaba que ella atendiera "sus labores" al llegar a casa.

      ¡Biquiños!

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  10. Ellos se rigen por sus normas y tienen un modelo de vida que quizas no todos respetemos porque realmente si alguien que acaba de parir sale del hospital a las dos horas son parece una aberración. Pero bueno...ellos lo tienen así montado y tenemos que respetarlo!
    Milll besitos carmen hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí!!!!

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    1. Hola Midala.
      Puede que haga mucho tiempo que tú no pasaras por aquí; la verdad es que también yo vengo poquito y no me había dado cuenta...
      ¡Un abrazo!
      Biquiños...

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  11. Ando algo ausente Carmen, pero vengo a dejarte mi abrazo y deseo que todo marche bien.

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    1. Hola Mayra! Lo de estar ausentes últimamente es algo que se nos ha pegado al cuerpo como la gripe..., no te preocupes. Lo importante es eso, seguir adelante y que las cosas vayan lo mejor posible.
      ¡Biquiños!

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